lunes, 30 de diciembre de 2013

Conciertos coleccionables II



Por: Juan de Dios Sánchez Jurado 


 
Cuando pienso que los pasados doce meses marcaron, cada uno, fechas de nuevos conciertos para agregar al archivo de mi colección, digo: ¡Gracias!; tanto a los artistas como a los empresarios que hacen posible estas experiencias a las que tanto me gusta acudir. Los conciertos me dan esa sensación en el pecho que me produce estar presente en la multitud, pero a solas con la música que más me gusta. Los conciertos son como sueños cuya realidad saboreo mientras duran y que luego, como ahora, me regocijo en recordar. 

Este año la agenda estuvo a la altura. Repetí a varios de mis artistas preferidos y agregué a mi lista otros a los que siempre quise ver y por fin pude hacerlo. Atestiguar el live act de The Killers y Café Tacvba fue como pagarme un par de viejas deudas. Ir de nuevo por Fito Páez y Andrea Echeverri es algo que siempre haré con todo el gusto, por el honor de ver cómo con el tiempo mejoran su acto y porque su delivery en tarima ya cuenta con un nervio exclusivo en mi sistema. Lástima por Charly García, quien no pudo presentarse junto a Fito debido a quebrantos de salud. Calamaro, genial, con ese setlist de más de 30 clásicos. Qué grato fue tener por primera vez y tan cerquita el vivo de Ximena Sariñana, Los Bunkers y Mala Rodríguez. Conector (Héctor Buitrago), verdadera-mente, una experiencia de sana-acción. El tango de Gustavo Santa Olaya y Bajo Fondo en vivo es simplemente un viaje parecido a un sueño, o ¿es al revés? Excelente clausura de Illya Kuryaqui y su funky futurista en Rock al Parque (lástima que muchos prefirieran perdérselo). Y no podría pedir un mejor cierre que el performance de Bomba Estéreo en Cartagena, quienes demostraron lo poderosa que puede ser su propuesta de Caribbean Power.  

Como mencioné antes, si algo me gusta tanto como ir a conciertos es recordarlos. Hoy creo que es imperioso recordar uno en especial. Tendría yo unos diez años. Rondaría 1995. Le pedí a mi padre que me llevara al concierto de Maná. Él acepto un poco a regañadientes, consolado ante el hecho de que esa misma noche, en la misma tarima de la Plaza de Toros de Cartagena, se presentaría Diomedes Díaz. Esos raros carteles de los conciertos de Cartagena en los noventa. 

Pensar que antes me gustaba Maná me causa un poco de vergüenza ahora. Es decir, en aquella época el grupo era dueño de un experimento musical que innovó en cierta medida y encantó a muchos, pero con el tiempo se diluyó en una serie de repeticiones y redundancias liricas y musicales hasta convertirse en uno de los actos que menos soporto. En fin, que por ese entonces venían de su gran éxito con el álbum Dónde jugarán los niños y promocionaban el nuevo, Cuando los Ángeles lloran. Sus canciones sonaban y tronaban en radio. Sin embargo, pese a sus millonarias ventas y reconocimiento en toda Latinoamérica y un poco más allá, Maná no era el cartel principal. Esa noche le abrirían a El Cacique de la Junta. Tal cual. 

Y Maná terminó su presentación. Y luego, sorpresivamente, volvió al escenario a repetir canciones. Y luego se quedó el baterista tocando un eterno solo que al principio animó a los espectadores y que a mí, tras media hora, casi me hizo vomitar. Sentía que el bombo me torcía un poco las tripas y mentalmente le pedía al señor Alex González que por favor terminara de una vez. Y Maná repitió canciones y luego fastidió con su batería por una simple razón: Diomedes no llegaba. Y Maná, pese a sus número uno en Billboard no sólo fueron los teloneros de Diomedes, sino que se vieron obligados a hacerle tiempo hasta que éste llegara. Era como si Diomedes les hubiera dicho, sin pararse aún en la tarima, saben qué, aquí el verdadero rockstar soy yo. 

Y no les habría mentido. Cuando Diomedes apareció en el escenario, su fanaticada, en lugar de estar molesta por el retraso, lo recibió con una ovación que a mí, a mis diez años, me asustó un poco. Por un momento creí que la Plaza de Toros se vendría abajo. Diomedes no había pasado del segundo verso de la primera canción y la gente estaba dichosa, verlo finalmente de inmediato les hizo olvidar la demora. Con Diomedes sucedía algo, las virtudes del artista redimían las falencias del hombre y así se manejó siempre la relación con su público. A cambio de música, los fanáticos de Díaz le perdonaban todo. Todo. Incluso se hacían los de la vista gorda ante algunos detalles. Como el pañuelo blanco con el que aquella noche lo vi limpiar varias veces su frente y nariz, hasta que ya no fue totalmente blanco. Y vi aquellas manchas rojas que tiñeron el pañuelo y a los diez años no recuerdo qué pensé, tal vez me habrá sorprendido lo bien que actuaba Diomedes a pesar de estar enfermo. Lo cierto es que a nadie parecía importarle. La gente estaba tan encantada oyendo y coreando las canciones que no advertían que el cantante estuviera sangrando. La estrella de Diomedes en tarima alcanzaba para opacar esos detalles. 

Y bueno, ahora tantos años después, sólo puedo sentirme honrado de haberlo visto vivo y en vivo y haber atestiguado esa rara y desbordada relación de amor con su público, sus seguidores, los que aún no se reponen de su partida. 

Me pregunto si los Maná, al enterarse de la muerte de El Cacique, se acordaron de aquella lejana noche de 1995 en que lo padecieron.     

Y así como hace tantos años vi a Diomedes y a Maná, hoy me enorgullece mostrar la lista de aquellos a quienes presencié en vivo este año:

Andrea Echeverri  (Lanzamiento álbum Ruiseñora)
Estéreo Picnic: The Killers - Café Tacvuba - New Order
Fito Páez (Celebración XX años de El Amor después del amor). Presentando a Andrea Echeverri
Andrés Calamaro (Gira Bohemio)
Bajo Fondo Tango Club. Presentando a Sistema Solar
Rock al Parque: Illya Kuryaqui and The Valderramas-Pornomotora

Héctor Buitrago-Conector
Ximena Sariñana

Los Bunkers

Mala Rodríguez. Presentando a Bomba Estéreo
Andrea Echeverri (Celebración de su nominación al Grammy), presentando duetos con Esteman y con su madre, Amparo de Echeverri.
Fito Páez y Charly García (Gira Juntos, sin Charly)
Bomba Estéreo (Cartagena)

Y que en 2014 sean más, muchos más (Estéreo Picnic, sí, es contigo, can´t wait) y que se cumplan algunos pendientes, por favor (U2, Radiohead, Alanis Morissette, sí, efectivamente, es con ustedes).

¡Felices conciertos de 2014 para todos!