viernes, 1 de junio de 2012

MUCHACHA DE 479 AÑOS


Por: Juan de Dios Sánchez Jurado

Rebelde y sometida palmera ofrecida al mar, calles estrechas y bailaderos sin nombre son tus años. Hoy se te notan más que nunca tus ganas constantes de ser ciudad. ¿A dónde vas con toda esa gente a la que poco le importas? Cartagena se vuelve roja de labios y de sangre, sus besos que dan la muerte chiquita son también las balas que patrocinan el cadáver nuestro de cada diario. ¿A dónde vas con toda esa gente a la que poco le importas? 

Y las tragedias son más o menos dependiendo del calor. ¿Quién paga la fiesta cuando son los sueños adversos los que se cumplen? Cómo quisiera regalarte hoy un sol menos artificial, nada extranjero. Siquiera tus labios, Cartagena, siquiera tus labios. 

Y con las nubes tan cerca de las piedras no se sabe quién es quien, te comprendo; por eso los pájaros parecen volar sólo para darse contra las murallas. Detrás de algún muro debe haberse escondido la fe. Detrás de algún muro. Sí, pero, ¿de cuál?

Rebelde y sometida palmera de mi alma, acontecimiento de caderas y falda de película son tus 479 años. ¿A dónde vas con toda esa gente a la que nada le importas? Deja que un poco la lluvia te vaya lavando las tragedias. Para eso traje esta canción, para untártela cuando todo te duela. Y si ignoras quién es quien en el camino pavimentado de nubes, siembra la planta de tus pies con tanta gravedad que vuelen. Ya te pinto el corazón roto otorgándole nota apesarada a tu belleza. Pero belleza y mucha al fin y al cabo ¡carajo! Acaso es lo que cuenta.  

La culpa la tiene no estar allí contigo, Cartagena, saber que cada abrazo que recibas será un pormenor más de la ausencia. Era sólo para decirte que sin ti me he puesto vagabundo y que en esta temperatura que me heredaste y que viaja conmigo, perduras con un toque de sal y barrio alegre y viejo. 

1 comentario:

Juan Carlos Céspedes (Siddartha) dijo...

Muy buen texto. Sí, Cartagena, ese amor extraño.